-Hola, señora. ¿Va a salir a jugar Carlito?
-No. Está castigado.
-¿Y por qué está castigado, señora?
-Porque se portó mal, ¿por qué va a ser?
-¿Y qué hizo que se portó mal?
-¡No seas chusma, querés! Sos igual a tu mamá de chusma.
-Mi mamá no es chusma, señora. Ella dice que usted es chusma.
-¡Ah, ¿sí?! Bueno, andá y decile a tu mamá que se vaya a la mierda.
(Portazo en la cara)
-¿No ibas a jugar con Carlito, vos?
-Sí, pero está castigado. Y la mamá me cerró la puerta en la cara.
-¿Por qué te cerró la puerta en la cara?
-Porque dijo que yo era igual de chusma que vos. Y yo le dije que vos decías que ella era la chusma.
-¡Cómo le vas a decir eso! ¡Andá para tu pieza antes que te agarre, mirá!
(Se encierra en su pieza)
-Hola, señora. ¿Está Fernandito?
-Sí, pero está castigado.
-Ah, porque mi mamá ya me perdonó y me dejó salir a jugar. ¿Usted no lo perdona y lo deja salir un ratito?
-No. Te dije que está castigado. Andá para tu casa.
-Bueno, señora. Chau.
(Da la vuelta de la casa y golpea la ventana de la pieza de Fernandito)
-Mi mamá me castigó y no me deja salir.
-Sí, ya sé. Mirá lo que tengo.
-¿Me convidás?
-Sí. Uno para vos y otro para mí. Tomá.
-Gracias.
-Mi mamá no quiere que me junte más con vos porque dice que sos chusma, igual que tu mamá.
-Yo no soy chusma. Tu mamá es la chusma.
-Sí, ya sé. Pero creo que ella no lo sabe. Por eso se enoja si le dicen chusma.
-¿Y vos no le podés decir a tu mamá que sí es chusma?
-No, porque me castiga.
-Ah. Mi mamá igual me castiga si le digo que es chusma. Ahora estoy castigado.
-¿Entonces no vas a salir a jugar?
-No, porque estoy castigado, te dije.
-Bueno, entonces me voy.
-Bueno.
-Chau.
-Chau. Gracias por el alfajor.
(Se va pateando piedras)
-Hola, Norma, ¿Cómo andás? ¡Tanto tiempo!
-Bien. Haciendo las compras, como siempre. ¿Vos cómo andás? ¿Cómo anda Carlito?
-Bien. Ahí anda. Está terrible. Cada dos por tres lo tengo que castigar. ¿Y Fernandito? ¿Cómo anda?
-Bien. Castigado por insolente. Te pido disculpas si te faltó el respeto el otro día.
-No te hagas problemas. Son cosas de chicos.
-Pero hay que ponerles límites, sino te salen como los hijos de los Sotos.
-O como los García.
-Peor.
-¿Te enteraste lo de Silvia Nuñez?
-No, ¿qué pasó?
-¿Tenés tiempo? Vamos a casa a tomar unos mates y charlamos, ¿querés?
-Dale. Vamos.
(Se van juntas, como comadres en desgracia)
-Qué bueno que tu mamá y mi mamá se hayan amigado.
-Sí, pero mañana seguro se pelean de nuevo.
-Sí, ya sé. Solo se juntaron para chusmear.
-Y a ellas nadie las castiga. ¿Quién castiga a los grandes?
-Nadie, porque sus papás ya murieron.
- Ah, cierto. Bueno, aprovechemos para jugar.
-Vamos, antes que mi mamá le cuente a tu mamá que la Silvia Nuñez se está viendo con tu papá.
-Uh, vamos. Seguro que hoy me castigan igual.
(Se van, los amigos, abrazados al parque de la esquina a jugar)
viernes, 28 de septiembre de 2012
viernes, 14 de septiembre de 2012
Como una hoja de papel
Blanco tu cuerpo desnudo
como una hoja de papel
quiero escribir una frase
que se grabe en tu piel.
Quiero pensar y me olvido
solo observo tu desnudez
Quiero escribir y no escribo
no hallo frases esta vez.
(Solo el silencio en el ruido
lo puede entender
es como gritar y que no te escuchen
ni te puedan ver)
Blanco tu cuerpo desnudo
-¿Como una hoja de papel?
Quiero escribir una frase:
Quiero grabarme en tu piel
como una hoja de papel
quiero escribir una frase
que se grabe en tu piel.
Quiero pensar y me olvido
solo observo tu desnudez
Quiero escribir y no escribo
no hallo frases esta vez.
(Solo el silencio en el ruido
lo puede entender
es como gritar y que no te escuchen
ni te puedan ver)
Blanco tu cuerpo desnudo
-¿Como una hoja de papel?
Quiero escribir una frase:
Quiero grabarme en tu piel
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