viernes, 10 de febrero de 2012

¿Jugamos un ratito?


Ambiguo sexualmente. Sexual Ambiguamente. Da lo mismo, si vamos para el mismo lado. Si termina en mente. Y en mi mente te bailo un rock, como me salga, te bailo cumbia, pop e incluso un reggaetón, hasta quedar en bolas. Pero no me pidas una chacarera, porque no la sé bailar. Aunque si el tinto llega a la mente, la bailamos igual. Pero juguemos al Gallito ciego mejor, así te busco hasta poderte tocar. O te vendo los ojos y me dejo tocar. Donde quieras pero si es abajo, mejor. O juguemos a Verdad-Consecuencia así mis mentiras se vuelven verdad. Así tu verdad se vuelve mi mentira, en mi mente, aunque sea un rato. Y no pensemos en las consecuencias. Hoy no. Pero como prenda pedime un beso, que hasta los dientes te besaría. Pero tócame ahí abajo. O juguemos a la mancha, así te rozo una teta, así como al pasar, casi sin querer pero queriéndolo todo. No juguemos Rayuela, que me llevó años aprenderla y cuando al fin estaba ganando, perdí. Mejor al Elástico, así  te asoma la bombachita. Y cuando leas esto espero que te rías conmigo. Cuando leas esto espero te mojes o tengas una erección. Espero que vomites o te den arcadas. Las nenas con las nenas y te sale torta. Los nenes con los nenes y te sale puto. Pero no se asuste señora, disfrutan el sexo igual. Igual que usted. No se asuste, señor, miran culos igual que usted. Miran culos en la tv salen a la calle y quieren coger. Igual que usted. En el jardín de infantes también había juegos. La maestra te llamaba y tenías que decirle al oído, en secreto, sin que nadie lo sepa,  tenías que contar qué juego habías elegido. Cuando la maestra pidió que cada uno vaya al juego elegido, el salón se dividió: las nenas a la casita, con sus muñecas y cocina, sus ollas y sartenes, que hay una familia que mantener. Los nenes a construir edificios para destruirlos después, y carreteras para pasear sus autos y chocarlos después. Fui el único en el rincón de los libros. Sentado en una silla minúscula, hojeando cuentos de animales, sin comprender las palabras aún. Cuando pedí cambiar de juego, no me lo permitieron. “Vos ya elegiste tu juego” sentenció, como marcando mi destino. Pero esta noche me cago en el destino. ¿Te cagás conmigo? Aunque aún estén los libros. Aunque aún esté solo en un rincón. Esta noche, cagate conmigo, en el destino y en las consecuencias. Y como prenda te toca tocarme ahí abajo. Pero juguemos al fútbol, mejor. Así no se sospecha, que a la gente le molesta. Aunque si te apoyo un poquito, como al pasar, sin querer pero queriéndolo todo, o si te traspira la camiseta se me para y no quiero parar. Y cuando leas esto reíte de mí. Pero avísame y nos reímos juntos. Porque la maestra no me dejó volver a elegir. Y ahora ya no quiero elegir. Y es la mente la que me lleva a escribir. Y es lo único que sé hacer. Mal o bien, es lo único que sé hacer. En un rincón, solo. Y escribo en la calle, mientras ellas pasan. Y escribo en el colectivo, mientras ellos pasan. Y miran, extrañados, queriendo encasillar. Pero seguime el juego que te vas a divertir. Y si gano quiero tus pechos pero más tu cola pero más tu boca pero más tu cuerpo entero. Entre la parada y el colectivo salió esto. Y cuando lo leas quiero que vomites conmigo. Y juguemos a algo, pero esta vez cambiemos las reglas a mi antojo. Juguemos hasta la náusea. Juguemos hasta acabar, que un  orgasmo nunca viene mal. ¿No, señora? ¿No, señor? Juguemos a que te sacabas la bombachita rosa. Juguemos a que te sacabas el calzoncillito celeste. Juguemos, que el nene jugó con nenas. Juguemos, que el nene jugó con nenes. Ambiguo. Ambiguamente sexual. Sexualmente ambiguo. Pero ¿Jugamos un ratito?



9 y 10 de febrero de 2012

5 comentarios:

  1. Me encanto!! Es cierto el concepto donde uno de chico esta marcado por un destino, por un mundo de prejuicios que te llevan a elegir lo que queres, lo que sos, el color que te corresponde... nos pintamos de amarillo, o de naranja, y nos reimos mejor de tantos encasillamientos.

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  2. Sí, parece que molesta si no te pueden encasillar, pero mejor reír juntos del encasillamiento. Gracias por el comentario, me alegra que te haya gustado. Sigamos riendo!

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  3. Que encasillen nunca es bueno. Sin duda es sinónimo de aburrimiento.

    Un abrazo amigo.

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  4. Pero parece que es casi inevitable encasillar. A la gente le hace ruido si no te ponen una etiqueta. Gracias, Daniel por pasar y comentar. Un abrazo!

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  5. sexual y provocador a mas no poder. Pervertido ademas. cuanta verdad ! . A mi me hizo acordar a eso juegos de infante que rozaban lo no permitido... curiosidades de niños.

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