Y ahora todos son
enemigos. Ahora, cuando más los necesito. Cuando más cerca estoy del fin. Y los veo acercarse, y mueven la boca y me dicen
mentiras para sostener la charla un momento más. Y no los conozco. Ya no los
conozco. Y no me veo reflejado en nadie. Y es como si no existiera. Y no me
ven. Los silencios se hicieron cotidianos. ¿Para qué hablar? ¿Para qué volver a
explicar? Si ahora todos son enemigos. Sí, ahora todos callan para no dañar. Y
pienso en lo que creo que piensan como si pudiera acertar. Y a veces acierto. Y
ahora me miran, como analizándome, como si sospecharan que sospecho de todos
ellos. Pero no lo saben. No saben qué es lo que pienso en realidad. No saben
sobre la realidad. Y se comportan raros, como si todos actuaran para mantener
la apariencia, para sostener la ficción de la vida. Pero ya no me engañan. Y
ahora les hago creer que me lo creo todo, que todo es real, incluso lo que
siento. Y me miento, en muchas cosas me miento. Y me mienten, en muchas cosas
me mienten. Y todos lo sabemos pero nadie lo dice. ¿Por miedo? Sí, por miedo a tirar
del telón y desnudar la mentira que es la verdad de la mentira que es la
realidad. Y algunos no quieren ver, se niegan a verlo. Y otros lo saben pero no
lo creen. Y me rio. De todos me rio. Me rio de mí, de mis pensamientos, de mis
acciones, de mis dichos. Pero más me rio de ellos por tomarse tan en serio, porque
están convencidos de que esto es vida… Y continúo la vida porque yo también sé
mentir. Y me río con mis enemigos, porque ahora todos son enemigos. Ahora,
cuando más los necesito. Ahora son enemigos.
29 de octubre - 4 de noviembre, 2011
muy buena reflexión, me hace acordar a muchos amigos, ahora ex amigos, que en ese momento en que nuestra amistad terminaba finjiamos que estaba todo bien , ambos lo sabíamos pero actuábamos...
ResponderEliminar