Y cuando leas esto,
seguro vas a pensar que es para vos. Pero no. Esto es para mí, para recordarme
cuánto te quise. Para recordarme que no voy a volver a sentir así. De nuevo en
lo mismo. Es un laberinto. Y volví al principio. Pero fue la música la que lo
quiso así. Porque fue ella la que me advirtió, la que me lo susurró al oído. Porque
hay soledades que duelen y daña. Hay soledades que nacen dentro de uno, en la
cabeza, en el pensamiento. Y esas soledades piden salir y quedan atragantadas
en la garganta. Y esas soledades se vuelven llanto que pide salir. Puta si pesa
la soledad en una casa vacía, sucia y olorosa. Y las sombras tiesas de las
cosas. Y la cabeza que da vueltas de ebrio, de locura y de soledad. Estoy peleado con la vida. Pero ella empezó.
Y así de infantil es mi pelea, pero ya sé el porqué. ¿Vos lo sabés? Y trato de
que nos llevemos bien. Trato de hacerme amigo. Pero en cuanto me distraigo me
pone el pie y vuelvo a caer. Y vuelvo a esto, lo que soy ahora: nada. Un mísero
ser compadeciéndose de sí mismo por todas las que le hizo la vida. Como un nene
pelotudo y caprichoso. De quererlo todo y saber que no tiene nada. De creer que
llega, sabiendo que no se llega a nada. Y de seguir. Y a veces siento que lo
hace a propósito, para verme caer y comprobar que voy a seguir. Pero esto ya
fue escrito. Y ya estoy cansado de mí. De mí más que de nadie. Con este andar
bobino en el laberinto. Con esta mirada hacia la nada. Con la algarabía a flor
de piel. Pero ¿que hago con esta gente
en mi cabeza? ¿Qué hago con estas voces? ¿Qué hago con mis fantasmas, con mi
pasado y mi presente? ¿Y el futuro? Y nos cruzamos, tantas veces nos cruzamos
en el laberinto. Pero me distraigo y ya no estás. Me distraigo y te vas. Te
reís. Te burlás. Y las risas en mi espalda. Y el lamento diario. Y la soledad.
Y la puta madre que lo pario. Este sentir de mierda. Y ¿qué sabés vos de
sufrir? ¿Qué sabés vos de la soledad? Y si lo sabés ¿porqué te perdés así? ¿Por
qué me hacés esto? Y un cigarrillo tras otro, para dejar rastro en el
laberinto, para marcar mis pasos, para acelerar el momento de partir. Pero esto
ya lo viví ¿cuántas veces? ¿No debería estar acostumbrado? Pero no es para vos.
No te preocupes. Es para mí. Para saber que todo esto no tiene que volver a
ocurrir. Y cuando leas esto, seguro pensarás que es para vos. Pero no. Esto es
para mí, para recordarme cuánto te quise. Para recordarme que no voy a volver a
sentir así. De nuevo en lo mismo. Es un laberinto. Y ya estoy de nuevo en el
principio. Y ya no quiero seguir. Porque nunca estuvo ese abrazo a tiempo.
Nunca llegó ese beso. Nunca llegó el “te quiero”. Y la culpa. Yo reconozco mi
culpa. Soy consiente de mi culpa. Y que se detenga la música. Que deje de
escribir mi destino. Que deje de hablar por mí. Que se calle el mundo entero.
Quiero dejar de sentir. Quiero dejar de pensar. Quiero dejar de pensarte. Me
hacés mal. Cuando estás y cuando no. Me hacés mal. Cuando hablás y cuando
callás. Y voy a enloquecer. Ya casi no distingo entre lo real y lo que sucede
en mi cabeza. Y hasta el ruido del teclado me aturde. Y hasta la braza del
cigarrillo quemándose me molesta. Y las sombras quietas. Las sombras tiesas.
Porque no hay vida. No hay nada. Solo el lamento y la soledad. Y la casa vacía.
La casa sucia. Y el llanto que por fin sale. El llanto que es un grito. Y de
nuevo el comienzo del laberinto. Pero no sé si seguir o quedarme quieto. No sé
si seguir o quedarme quieto como las sombras. Y seguro no entendiste nada,
porque no es para vos. Esto es para mí, que estoy dudando en seguir. Esto es
para mí, que estoy dudando de todo. Hasta de mí. De mí sobre todo. Y mi sombra
quieta, reflejada en la pared. Y no sé si seguir o dejarlo todo así. En la
nada. En todo lo que sentí. En todo lo que viví. En todo lo que me inventé. ¿Lo
real? Lo único real son las sombras quietas que son cómplices de mi soledad.
9-17 de enero de 2012
Victor,realmente me emocionaste mucho, llega tu lectura en el momento justo en donde me encuentro! gracias por compartirlo !
ResponderEliminar=) Gracias a vos por compartir tus emociones. Saludos.
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